Alicia en el pais de las maravillas
Luego, llegado el silencio, siguen imaginariamente
a la niña soñada por un país de nuevas, delitantes maravillas
donde ella charla con las aves y bestias…
y medio se creen que es realidad.
Y cada vez que se secaban las fuentes de la fantasía,
y la voz cansada quería débilmente diferir el relato:
«El resto para la próxima vez».
¡¡Ya es la próxima vez!!,
exclamaban las voces felices.
Así surgió el País de las Maravillas;
así, uno a uno,
se fueron forjando sus hechos extraños;
y ahora el cuento se acabó.
Y, alegres tripulantes, ponemos rumbo a casa
bajo el sol de la tarde.
¡Alicia! Toma este cuento pueril,
y con mano bondadosa,
ponlo donde los sueños de la niñez se trenzan
con la cinta mística de la Memoria
como marchita corona de peregrinos,
de flores cortadas en un lejano país.
Alicia anotada (Edición de Martin Gardner)
«…ponlo donde los sueños de la niñez se trenzan…» qué precioso lugar para dejar cualquier tesoro.
Pues sí… Un beso, Chelo
Qué bonito Chelo. Gloria