En el artículo que escribimos en belelú.com ya comentamos que las metáforas, asociadas más a la literatura que a la ciencia, son cada vez más utilizadas en la psicología. Estas metáforas pueden constituir un buen inicio de las terapias para afrontar la ansiedad, es una forma de que las personas que sufran ansiedad entiendan su problemática al compararlas con algo que ya conocen. También les hace contemplar el problema desde otro punto de vista, permitiéndoles externalizar su problema y analizarlo con más distancia.

A partir de este artículo, una lectora nos ha hecho llegar esta otra metáfora de la ansiedad:

CARTA A LA ANSIEDAD

«Después de tantos años juntas si no hubieses hundido mi vida y estima en mil ocasiones y frustrado mis sueños, bien te habrías ganado el título de amiga. Vas y vienes cuando quieres y sin avisar, atacando a traición y pese a los años que nos unen y el apego que debería sentir, sigo sin acostumbrarme a ti, a tu presencia, a tus bromas macabras, a tu maldad.

No es que no te hayas ganado el título de amiga, ni siquiera has conseguido el de enemiga y mira que te empeñas y esfuerzas, porque eres lista muy lista y conoces bien mis puntos débiles pero aún así no consigues borrar la sonrisa de mi cara y eso te debilita y a la vez te enfada y entonces vuelves a la carga haciéndome sentir miedo, temblores, nauseas, mareos, taquicardias, desesperación y desolación, pero sigo en pie, mírame. Pero mírame atentamente y a los ojos porque tengo algo que  decirte…

¡Ataca! Que me estás haciendo fuerte dentro de mi infierno y dándome pistas de como combatirte. Mutas, te transformas para que no pueda derrotarte, pero siento que cada día te quedan menos fuerzas y a mi más vida y ganas de vivirla. Ahora deberías sentir miedo tú, porque no cejaré en mi empeño de luchar contra ti hasta ganarte y se, sabemos, que la batalla será larga y dura pero mientras ésta dure no conseguirás apagar mi sonrisa»

Anónimo