Escucha a la niña que llevas dentro
La vida es un proceso donde vas pasando por etapas que varían de unas a otras personas pero que son inevitables y donde recorremos un largo camino siempre acompañado por cambios físicos y psicológicos.
Pasamos por la dependencia de los bebés al descubrimiento de la vida, empezamos a disponer de cierta autonomía y a disfrutar de los juguetes, del cariño de nuestros padres, de ver como un mosquito vuela y alucinar con que se puede expresar en un papel lo que quieras. En el cole nos damos cuenta que podemos tener amigos y compañeros, que hay que trabajar para conseguir un sufi y que a veces cuesta no llorar delante de la profe que nos ha regañado.
Y después esos cambios físicos tremendos, los granos, los bigotes, las tetas y los pelos… Nuestros padres no nos entienden porque pensamos que ellos no han pasado por lo que nosotros estamos pasando. Y sí, pasamos todos, claro que sí. Late el corazón deprisa cuando el chico que te gusta se ha sentado a tu lado en el patio o la decepción cuando está coqueteando descaradamente con tu mejor amiga. Ya no puedes jugar porque tienes algunas obligaciones, cada vez más: deberes, quitar la mesa, hacer la cama y ducharte. Te levantas un día bien y otro mal y lo peor es que no sabes por qué.
Ya ves un poco de luz en el horizonte quizás sepas lo que quieres hacer en un futuro próximo y afrontas con responsabilidad los retos que te vas marcando. Igual ya tienes pareja y formas una familia o igual disfrutas con la independencia que te brinda tu situación. Pasas por muchas adversidades y dificultades, te das cuenta que esta vida es bastante difícil y que nadie te lo contó. Pero la balanza y el tiempo siguen subiendo.
No sé lo que pasará después, me quedo en los cuarenta «y»… , seguro que me esperan muchas otras vivencias acompañadas también de mil cambios. Pero se que estoy en otra etapa y lo que no quiero dejar atrás, lo que no quiero olvidar es la inocencia, la frescura, la vitalidad, la curiosidad, la espontaneidad y la alegría de cuando era niña.
¡Escucha a la niña que llevas dentro!