Mujer con Arte: «Khala» de María del Mar González

On 27 de marzo de 2013 by femeniname

Como vienen unas pequeñas vacaciones y tenemos más tiempo libre, os invito en a leer en primicia el primer capítulo de la primera novela de María del Mar González, una mujer con mucho arte. Su título es Khala, que significa fuerza y es como se llama la protagonista femenina de la novela.

María del Mar nos pide que le demos nuestra opinión de este primer capítulo que comparte. A mí personalmente me ha enganchado y la historia tiene mucha «fuerza» como su propio nombre indica. Me quedo con ganas de saber más de los personajes y de la historia … ¿Para cuándo el segundo capítulo?

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CAPITULO 1

15 DE ABRIL

Hoy podría ser un día cualquiera, como cualquier otro día del resto de el año, de todos estos años, pero no, hoy mi calendario rodeado con un circulo negro me recuerda un año mas que es 15 de Abril, un día tatuado a fuego en piel y en todos mis sentidos. Toda esta semana de nuevo mi vida se ha visto alterada más de lo que viene siendo normal a medida que se iba acercando el día que nunca quieres que llegue y el que al final sin poder remediarlo llega y es… hoy ! . Como cada año desde hace ya muchos dejaré transcurrir la mañana deambulando de un lado para otro de la casa haciendo de todo y de nada a la misma vez sumida en mil pensamientos, temores y decisiones, hasta que por fin mi reloj anuncie que ya es la hora y parta hacía su casa una vez más.

-Pues claro, claro que me acuerdo… ¿Cuánto tiempo ha pasado ya…20, 30 años?- y sonrió como sólo ella sabía hacerlo a pesar del dolor que le provocaban esos recuerdos.

-26.- respondí

-Si, eso, 26…26 años ya.- fijó su mirada en algún punto tras los cristales de la ventana de la pequeña habitación donde nos encontrábamos, un punto lejano donde su mirada y su mente se unían en perfecta armonía, un lugar tan lejano donde nadie podía acceder ni hacerle daño, un lugar que con los años fue amueblando, acomodando y haciéndolo tan suyo, que cuando algo le provocaba dolor o simplemente quería desconectar del mundo, huía allí. Cuántas veces me hubiese gustado refugiarme allí con ella y sentir esa misma paz que transmitía su rostro.

-¿Estás bien?…-aún seguía sumida en su mundo, con los ojos vidriosos y perdidos.-¡Aurora!, ¿ que si estas bien?- insistí.

– Claro que estoy bien, ¿Por qué no habría de estarlo?, ¿Un café?.

-No, no quiero un café, ¿quieres dejar de huir de una maldita vez y enfrentarte cara a cara con los hechos?. Llevo 26 años, 26 malditos años viniendo verte todos los 15 de Abril y siempre me encuentro con lo mismo… ausencia, indiferencia y silencio y cuando consigo traerte de nuevo a la tierra de vete tú a saber de dónde, me respondes con lo mismo , que si quiero un café, ¡ pues no Aurora no, no quiero tu maldito café!. Quiero que hablemos de lo que pasó, quiero empezar a pasar página, a poder dormir tranquila cada noche, pero no quiero hacerlo como tú, así no. Acaso crees que eres tu la única que sufre, yo también estaba allí ¿ lo recuerdas? ¿o eso también te lo has llevado contigo a tu mundo imaginario?

Se quedó quieta, de pie junto a la ventana, podía ver su rostro reflejado en los cristales, y podía ver como de nuevo Aurora había viajado años luz de aquel lugar, de mis gritos, de mí….No era nada nuevo este silencio incómodo, esta ausencia de miradas y palabras pero esta vez era distinto, esta vez por fin había gritado, por fin me había decidido a dar el paso que tantas veces quise dar y no pude limitándome a aceptar su taza de café y a salir de allí igual o peor que había llegado, esta vez no estaba dispuesta a irme sin una explicación aunque para ello tuviese que traerla de vuelta a la realidad una y otra vez, grito tras grito.

No hizo falta, se giró y clavó sus ojos azules en los míos con una mirada tan intensa y llena de ira que me hizo sentir incómoda y arrepentirme de no haber aceptado ese café y salir por la puerta cuanto antes, nunca me había mirado así y cuando avanzó hacia mí un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, empecé a sentirme pequeña, diminuta. Creí que la mecedora donde estaba sentaba, iba a engullirme de un momento a otro y empezó a faltarme el aliento. Siguió avanzando sin apartar en un solo momento su mirada de la mía y cuando estuvo a mi altura apoyó sus manos en ambos brazos de la mecedora dejándome atrapada y acercando su boca a mi oído dijo de forma a la par que serena amenazante;

-No te atrevas jamás a juzgarme, ni a obligarme a recordar algo que no quiero, ni mucho menos te atrevas a gritarme,¿¡entendido!?.

Durante un minuto quizá dos o tan solo unos pocos segundos, no lo se, el aire de esa habitación se convirtió en un denso silencio tan profundo que podía oír los latidos de mi corazón que iba acelerándose a medida que reunía fuerzas para retomar la conversación, traía mi objetivo claro y no iba a permitir que el miedo me paralizase una vez mas.

-Perdona no era mi intención gritarte pero compréndeme, llevo muchos años haciéndome la misma pregunta ¿pudimos haberlo evitado? Solo dime eso Aurora- dije llorando con amargura, implorando una respuesta convincente que me hiciese salir de aquel lugar sintiéndome mejor persona- por favor, por favor ¿pudimos?¡¡ Respóndeme por dios!!-volví a gritar ante su impasible mirada y su silencio.

-¡NO!, y ahora márchate, déjame sola y no vuelvas por aquí nunca más. No quiero volver a oír tu voz, ni tu nombre. No quiero volver a saber de ti jamás, no me importa lo que te pase o no o lo que te perturbe, si quieres explicaciones búscalas en otra parte porque aquí no las vas a encontrar no hace falta que te diga por donde puedes empezar eso ya lo sabes hace tiempo pero eres tan cobarde y tienes tanto miedo a enfrentarte a la realidad que prefieres venir aquí cada 15 de abril a atormentarme con tus miedos y a alimentar los míos. Yo hace años tomé la decisión de olvidar y de no volver a preguntarme si pudimos o no hacer algo o si estaba en nuestras manos. Fue mi decisión y durante todos estos años te he recibido amablemente pese al dolor que ello me inflige y año tras año cuando se acerca la fecha por tu culpa me tiro noches en vela deambulando de un sitio para otro pero ya se acabó, Sara, no quiero volver a saber nada más de ti, nada más de aquel día, nada más de nadie.

-Y tú te atreves a llamarme a mí cobarde, tú , que vives encerrada entre cuatro paredes sin relacionarte con nadie, sin salir, sin enfrentarte a tus temores dejando que pasen los años…¿acaso crees que no hablarlo, que no afrontarlo y alejarme de tu vida va ayudarte a olvidar todo lo que pasó?

-¡Fuera de aquí! ¡VETE! ¡VETE!…

Abrí la puerta sin mirar atrás, sin mirar a Aurora una última vez, me invadían tantos sentimientos que no sabría describir que sentía, era como pisar un suelo de algodón, a cada paso que daba mis piernas se hundían, temblaban y apenas podían sostenerme, todo a mi alrededor giraba y se tornaba curvo y borroso, de pronto oscuridad (…)

Me desperté postrada en una cama desconocida, aturdida y rodea de una oscuridad absoluta. Al otro lado de la puerta no paraban de oírse gritos acalorados llenos de reproches.

Intenté incorporarme varias veces pero me sentía débil y mareada así que permanecí tumbada unos minutos mas mientras mis ojos iban haciéndose a aquella oscuridad rota solo por el pequeño haz de luz que se filtraba bajo la puerta junto a aquellos gritos que pronto me desvelaron donde o por lo menos con quien me encontraba. Sin duda era su perfume, flotaba por toda la habitación al igual que el olor a soledad, desesperación y amargura perfectamente entrelazados. Pude distinguir un par de mesitas de noche, un butacón junto a una lámpara, un tocador repleto de frascos y algo parecido a un joyero, varios cuadros en la pared… fui levantándome lentamente, sentía un martilleo continuo en mis sienes, la cabeza iba a explotarme y esas voces seguían gritando. Me toqué un vendaje en la cabeza y de una salto me situé frente al espejo del tocador, efectivamente tenia la cabeza vendada, lo último que recordaba era el portazo de Aurora tras de mí y que me sentí mal, debí perder el conocimiento y darme un buen golpe. Tenía la cara bastante pálida, magulladuras por las mejillas, el ojo hinchado y morado. Me quedé frente al espejo recorriendo cada milímetro de mi cara y mi cabeza para asegurarme que la imagen que reflejaba aquel espejo era yo, aun seguía aturdida y pasándome las manos una y otra vez por mi rostro como si así fuese a conseguir curar las heridas. Aparté la vista un instante de aquel espejo que seguía mostrándome una cara conocida pero desfigurada e hice un breve recorrido con la mirada a la estancia donde me encontraba y cuando me disponía a volver a mirarme al espejo algo de encima del tocador llamo mi atención, hasta entonces no había reparado en ello,¿ o sí?, al incorporarme de la cama, pero me pareció un simple joyero entre varios frascos de cremas y perfumes. Ahogué un grito de terror pero no pude reprimir las lágrimas, lágrimas que quemaban con lava hirviendo, con el horror grabado en mi rostro y mis manos temblorosas me acerqué a tan macabro hallazgo, ¿Cómo había conseguido Aurora esa caja de música y lo que es peor, como podía dormir noche tras noche con ella ahí enfrente? En todos estos años de sufrimiento, no sabía cómo había conseguido borrarla de mi mente, jamás se me pasó por la cabeza volver a ver esa maldita caja y menos aun oir su música. Esto no podía estar sucediendo, la historia no podía volver a repetirse, seguía sin controlar mis lágrimas ni el temblor de mis manos que seguían avanzando sin saber por qué había aquella caja. La cogí entre mis manos y noté como mi respiración volvía a acelerarse, sentía el latido de mi corazón en las sienes, fuerte, inaguantable. Me apoyé en la pared y dejé que mi cuerpo fuese resbalando por ésta hasta el suelo con la caja abierta y la música sonando una y otra vez, una y otra vez…. ¡Basta, basta, BASTA! me encontré gritando estrellando la caja contra la pared de enfrente y llevándome las manos a la cara, las voces de fuera cesaron de golpe y pude oir pasos rápidos que se acercaban hacia la habitación donde me encontraba, abrieron la puerta y allí estaban Aurora y… ¿Andrés? ¡No! Esto no estaba pasando no, Aurora y Andrés ¿juntos? ¡No! ¿Qué parte de la historia en estos 26 años me había perdido? Y si Andrés no estaba muerto quién era entonces al que…..no, no, no conseguí decir frotándome los ojos como si así fuese a despertar de esta pesadilla, de este dolor que tanto me pesaba y con el que ya no podía más. Busqué los ojos de Aurora intentando encontrar respuestas, me venían miles de preguntas a la cabeza pero mi boca no logró articular palabra alguna, estaba en estado de shock, pero lejos de encontrar una mirada cómplice, compasiva y llena de respuestas me crucé con la misma mirada fría y pétrea con la que ya me miró antes de echarme de su casa horas, minutos o días antes…quien sabe.

A mis ojos aún llenos de lágrimas amargas y terror se unieron decepción, dolor, incredulidad y desesperación.

Sólo se movió para sujetar del brazo a Andrés que hizo un ademán por acercarse a mí, que a juzgar por su sonrisa sarcástica de medio lado parecía estar divirtiéndole la escena, y apartando su mirada dijo:

-¡Déjala Andrés! ¿no ves que es un pobre desgraciada asustada y débil? ella no supone ninguna amenaza.

Y sin más cerraron la puerta dejándome sentada en el suelo abrazada a mis piernas totalmente desconsolada.

MARÍA DEL MAR GONZÁLEZ

 

13 Responses to “Mujer con Arte: «Khala» de María del Mar González”

  • Mónica

    Me gusta el capítulo, se me ha puesto la piel de gallina. Seguiría leyendo más. Es una historia triste, pero es verdad que algunas fechas no se olvidan jamás. Gracias por este adelanto, femeniname.

  • sarap

    Para cuando mas…. Me ha enganchado

  • AYM

    Me ha gustado mucho

  • marymar

    Gracias a todos los que habeis leido el primer capitulo de khala y os ha gustado,dejado con la intriga y con ganas de mas.Aprovecho también para dar las gracias por todas esas palabras de animo y cariño hacia mi » bebita » khala,mi primera novela.Estoy muy emocionada y muy feliz,gracias por vuestro tiempo.Un saludo,Maria del Mar González.

    • Gracias a tí por compartir tu arte con femeniname, precisamente porque es tu «bebita» Khala es más de agradecer. Mantenos informadas de tus avances que queremos seguirte. Un beso.

  • Khala:

    Kala hondo y kala profundo…,
    kalará en los corazones y en las mentes
    de insignes lectores,
    de países, de ciudades,
    de libreros y escolares,
    de mercaderes de artes,
    de sentimientos y sensibilidades….

    Khala:
    Tu nombre en verbo me embarga
    y enajena mi torre
    de sabios consejos,
    de dulce lectura
    cuando la luna llena por el desierto
    ilumina mi sombra
    y despierta mi vida de la penumbra…

    Khala:
    Esencia del fruto
    de una vida amarga,
    de un suave susurro de luz,
    de un hueco en el espacio vacío,
    de una alegre danza,
    de un trozo de amor, de futuro,
    de esperanza….

    Khala, que sólo tu nombre conozco
    y ya te deseo…
    y ya te quiero…
    Khala……………..
    31/03/2013 fede GadeMa

  • mari jose

    Esta genial, seguro q sera un exito, animo mari mar

  • Sonia

    Queremos la segunda parte,con caracter de urgencia!!!!! Enhorabuena

  • mónica lópez

    A mí me ha gustado el primer capitulo y eso es algo q no suele pasar con otros libros en los que tienes que seguir leyendo hasta q te enganchas a la historia, sin embargo con éste …ya estoy intrigada…que relación existe entre los personajes ..?
    Espero leer pronto el segundo.

  • yolanda martinez pascual

    me ha enganxado Mari Mar, es una historia donde la espresas con una realidad increible muy bien relatada y en espresiones te he identificado conociendote como te conocco, me encanta y kiero más, para cuando el segundo capitulo, estoy impaciente. Animo y para delante, un beso

  • Horacio González Andardes

    siguiendo la longitud sesenta, interminables kilómetros de terreno impracticable. Los árabes lo llamaban khala, la tierra vacía. Y si bien el corazón de los jóvenes se alegraba ante aquellos desolados paisajes rocosos de la antigüedad, también permanecían silenciosos, apagados, como si realizaran un peregrinaje fúnebre. Alcanzaron el gran cañón Nilokeras Scopulus y bajaron por una ancha rampa natural. Al este tenían Chryse Planitia

    Es un regalo estaba buscando más profundidad en la definición de la palabra Khala y he llegado aquí esta web 🙂

    Muchas gracias.

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